Gritos
La lluvia en mi cara, mi corazón acelerado y yo…yo con esa sensación de tener que gritar desde el estómago. Era tarde, la noche estaba más oscura que nunca y el frio calaba mis huesos. Mis manos congeladas igual que mis pensamientos, que mis palabras y mi boca. Llevaba horas caminando por la ciudad, solo quería encontrar a alguien a quien decirle lo que mi boca callaba…solo necesitaba a una persona, pero no había nadie. Volvíamos a ser solo la condenada noche y yo. En el pasto rebotaban las gotas de lluvia, esa lluvia endiablada que mojaba mis piernas y mi cara. Aun de rodillas con el pulso acelerado y sin saber qué hacer, miraba atentamente la luna y la maldije por astuta por jugar con las ideas imparables de mi ser, por ponerme en blanco… Cerré mis ojos fuertemente, apreté mis dientes y mientras el viento golpeaba firmemente mi cara…grité, grite hasta que sentí que todo mi cuerpo gritaba conmigo, hasta sentir mi garganta sin vida, hasta que mi estómago se quedó sin aire y mi pie...