Noelia y el Columpio
Sentada en el café de siempre estaba Noelia, con su mirada perdida y el labio apretado, golpeaba ligeramente la taza de café que habitualmente tomaba los días martes.
Su mirada fija en el ventanal viendo como pasaba gente por la vereda, no pensaba en nada, no sentía nada, simplemente ese día no era ella. Acompañada de su bolso de siempre, su morral amarillo, ese bolso que la había acompañado desde su adolescencia…dentro del tenía 4 cartas, una cajita de madera con una llave, su billetera con millones de fotos y la boleta de el columpio que alguna vez usó…pasaron los minutos y se dio cuenta que ya había pasado gran parte de la tarde sentada sin hacer nada, fue ahí cuando sonó su teléfono…”Se dónde estás voy para allá espérame,te quiero! Fede”…con una leve sonrisa pensó en todo lo que se venía y no pasaron 5 minutos y llego su gran amigo, Federico.
Federico no necesitaba hablar con Noelia, no necesitaba una explicación ni siquiera necesitaba que ella lo mirara, se conocían tanto que él sabía por qué ese día Noelia estaba más gris que nunca.
-Cuéntame, cuando fue la última vez que usaste tu columpio Noe-
-No lo sé, ya ni recuerdo como era- dijo Noelia con un poco de nostalgia
-Vamos, párate nos vamos de aquí-
Federico tomó a Noelia de la mano y comenzaron a caminar, Noelia estaba como en un estado de aletargamiento total apenas podía fijar su mirada en el camino y Federico con delicadeza solo siguió caminando a paso constante y sin hablar una sola palabra.
-Llegamos Noe-
-Porque me trajiste hasta acá?-
-Es necesario que recuerdes como comenzó todo-
-No tengo ánimo para estas cosas Fede- dijo con un tono seco y pesado
-Ya sabes lo que debes hacer. Súbete-
-está bien-
Noelia volvió a subirse al columpio como hace casi 4 meses atrás, siguió cada instrucción que le dio Federico, cerró sus ojos, se impulsó y tiro todo su cuerpo hacia atrás…
-VAMOS SUELTATE- le gritó enérgicamente Federico
-NO PUEDO!-
-VAMOS ESTÁ VEZ NO ES DIFERENTE, SOLO HAZLO-
-POR FAVOR, NO ME HAGAS SOLTARME-
-VAMOS NOE, DEBES HACERLO-
El viento en su cara soplando fuertemente le indicaba a Noelia que iba a mucha más velocidad que la vez anterior, cerró sus ojos fuertemente y se soltó. Al abrirlos estaba de rodillas en el suelo, sus manos sangraban y sus rodillas también…sentía mucho dolor.
-Duele, verdad?-
-cállate Fede, esto no me causa gracia-
Federico le dio su mano para ayudarla y la sentó en un banco de aquella preciosa plaza
-Noe, es imposible que aprendas si siempre tomas el mismo camino-
-Lo sé, lo sé…es solo que siempre he sentido que lo mejor que tengo debo darlo al 100%-
-Noe querida, parte de aprender y parte de crecer es desprenderse de todo lo que nos hizo caer alguna vez, déjalo sácalo de tu vida y comienza de cero-
-No entiendo, no entiendo cómo es que cometí los mismos errores-
-Eso es porque aún no aprendes que para crecer debes tomar distintas rutas, no siempre las tuyas serán las correctas, aprender es escuchar, es tolerar y aceptar diferentes vías para avanzar-
Noelia agachó su cabeza encogió sus hombros y lloró afirmada en el hombro de Federico. Y así estaban como hace 4 meses atrás en el mismo parque, bajo el mismo cielo…solo que esta vez Noelia tenía las heridas propias de crecer, Noelia estaba aprendiendo a desprenderse, estaba aprendiendo a tolerar…Noelia estaba madurando.
El camino a casa se le hizo mucho más ligero, una pequeña sonrisa decoraba la mirada nostálgica y perdida de Noelia. Entró a su departamento y en el encontró una carta de Leonardo, en su interior había una hoja en blanco y un lápiz. Noelia sin entender comenzó a caminar hacia el sofá para sentarse…sonó su celular y en él había un mensaje que decía “ambos tenemos un lápiz y una hoja en blanco, quiero que escribamos la historia juntos, y no que seas solo tu quien la escriba…te amo”. Noelia rompió en llanto y entendió por qué Leonardo se había alejado, el necesitaba escribir, el necesitaba poner su parte en este... proyecto?, cuento?...daba lo mismo lo que era, pero ella entendió que él era tan capaz como ella para poder escribir sus propias líneas en aquel papel nuevo y en blanco.
Dentro del mismo sobre estaban las otras hojas escritas por Noelia,entendió que no era una ofensa, que no era que Leonardo odiara sus historias y la forma de contarlas…ella entendió que simplemente una historia se escribe de a dos, a los tiempos de los dos y acomodada a la forma y color que cada uno quiera aportarle. Noelia al fin entendió que toda historia siempre necesitara de dos versiones, de distintos enfoques y diferentes colores y que tanto ella como Leonardo necesitaban su tiempo a solas para escribirla, para crearla…
Nunca supe si lograron escribirla, nunca supe si algún día lograron contársela juntos a alguien...solo sé que Noelia por primera vez entendió que amar no es imponer, no es insultar, no es limitar… amar es dejar ser, es entender y tolerar el “todo” de la persona que tienes al frente, es mirar con el corazón lo que nuestros ojos no ven.
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