El adiós

Espalda con espalda ligados por lazos irrompibles que amarraban nuestros brazos, sin poder mirarnos, Sin poder reconocernos, sin poder…
 Mis brazos cansados por romper esos lazos, que fueron lazos hermosos al principio pero terminaron por convertirse en amarras tan fuertes, que dañaban mis muñecas con una especie de herida profunda que jamás cicatrizó. Como podía encontrarme en tu mirada si estábamos espalda con espalda, ambos observando el mudo maravilloso pero cada uno en direcciones distintas, siempre fue así, siempre! Desde el primer día quisiste llevarme en tus espaldas porque no me creías capaz de que caminara por mi misma…
Así el tiempo, el viento y la tierra nos pusieron en esa posición, espalda con espalda siempre fue así.
Un día de lluvia, de esa lluvia que moja el alma, que moja los pensamientos esa misma lluvia mojó mi cara y sentí la sal de mis lagrimas…como podía ver lo que pasaba?, si no tenia tus ojos para reconocerme y ver como mi cara se envejecía, como mis ojos se apagaban y como mi piel se hacía opaca. Mi corazón latió fuerte, ya había olvidado tu cara…y sentía que era tiempo de escapar.
Así fue como la bendita lluvia aflojó esas amarras y nos soltamos, nos dimos vuelta y nos miramos…y no nos reconocimos, no sabíamos a quien teníamos en frente…y yo te abracé y fuerte pero no reaccionaste…lloré a orilla del lago, lloré fuerte pero tu ceguera y tu olvido fueron mis enemigos…
Ahora te veo desde otro cristal, desde otro lugar y solo te deseo lo mejor para tu vida, solo deseo que ames con los ojos abiertos, que ames de frente y jamás te distraigas con el paisaje maravilloso …que sin alguien a quien amas es completamente imposible disfrutarlo en su inmensidad.
Yo desde mi ventana te digo “no más” fueron tantas heridas que mis muñecas cicatrizaron con dolor que no necesito recordarlo con tu rabia, con tu indolencia y arrogancia…quédate con lo bueno, quédate con lo aprendido que yo ya lo aprendí…
Y es así como oficializo mi adiós, esta es mi forma porque ahora vivo rodeada de espejos de plata, espejos maravillosos que me recuerdan lo maravillosa que soy, lo linda que es mi sonrisa, y que la vida era como yo te contaba en cuentos, en historias y en cada palabra que te dediqué.
Adiós te digo por última vez, te lo digo con la frente en alto y una sonrisa de paz infinita que siento en mi corazón. No es sarcasmo, no es maldad…es alegría de darte la oportunidad de ser feliz y de darme la oportunidad de construir mi vida con mis propios ladrillos.

Comentarios

  1. No es fácil llegar a tal nivel de paz interior que puedas cerrar capítulos escabrosos con la sonrisa que traen los buenos recuerdos, y la tranquilidad de que no cometiste errores. Espero que la nueva escenografía de espejos de plata no deje de recordarte nunca lo grande que eres, en todos y cada uno de los sentidos, y que con esa misma frente en alto sigas caminando, sonriendo y, por qué no, cantando por la vida

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El Inquilino

The Hardest Part.

La batalla