Sin mariposas.



Y así me quede con la luna en las manos, la escondí rápidamente para que no pudieras verla mientras me mostrabas tus libros, tus notas, tus proyectos.  Solo me quedé en silencio mientras en mi cabeza hacían eco tus palabras.
Me había puesto mi vestido mas lindo con lunares como mis pecas que tanto te gustaban, aun tenía la luna en mis manos tanto me había costado bajarla, robarla, seducirla para que conociera tu sonrisa. Me quedé apoyada contra la pared mientras tus ojos ajenos a todo color me mostraban el mundo de los números, de lo real, el mundo frio y gris.
Seguías hablándome de logros, de éxito y yo solo quería mostrarte la luna en esa noche mágica que era tan especial, especial para mí, especial para el sol…pero no para ti.
Trataba de ponerte atención pero mi cabeza gritaba tus palabras, mi cabeza gritaba tu amargo hablar. Como niña solo te miré y cuidadosamente guardé la luna en mi bolsillo, me fui acercando a ti y seguí escuchando como tu boca hablaba completamente desconectada del alma.
Ahora mi cabeza pensaba... tantos días esperé este día y hoy me doy cuenta de que tu cabeza le gana a tu corazón, que tu cabeza es quien manda tu vida. Y así me quede calladita mientras mis labios permanecían cerrados cual tumba sin poder jugar como mariposas, sin brillo y sin color.
Tus ojos molestos me hicieron sentir culpable de lo que ahí había sucedido, yo simplemente permanecí en silencio para no ofender a tus palabras, mordí mi lengua y callé, callé tanto que olvide llorar y simplemente me quede mirando los detalles que adornaban esa escena tan lejana a lo que había sido un encuentro hace casi un año atrás, un encuentro con magia, con música en donde solo estaba tu corazón y el mio.
La ciudad se tiño de negro y las luces me parecían luciérnagas, me quedé atrapada en mi mundo un largo rato mientras tu corazón aun muerto y sin reaccionar no era capaz de decirme una sola palabra. Nos separamos, tome la luna que con tristeza me miraba y la guardé en un baúl viejo que tenía desde niña, lo cerré con llave y lo lleve a la orilla del mar…me despedí de él y así junto con las olas el baúl se perdió en el inmenso océano.
Desde ese día mi vida cambio y deje de entregar colores, desde ese día la luna ya no esta más en el cielo…esta en el mar y lo que vemos en el cielo es su reflejo radiante que se despliega desde el mar actuando como una maravillosa luz.

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