Nunca más



Sentada en el muelle cerca del lago estaba ella mientras la lluvia caía lentamente como rocío sobre su pelo y cara. Cerca de ella había un par de zapatos de alguien más grande, un bolso y abrigo. Ella tenía a penas 11 años, tenía las manos embarradas, algunos golpes en sus mejillas y la ropa arrugada. No lloraba, no dolía, no sentía nada…solo miraba fijamente el lago, sin poder hablar, solo respiraba.
En una de sus manos había una piedra, piedra que llevaba siempre en su chaqueta, piedra que siempre quiso usar para golpear a alguien, pero jamás pudo, nunca pudo, porque su corazón era demasiado grande, porque el miedo la paralizaba.
Era una niña solitaria, la mayor del tiempo soñaba que su mundo estaba lleno de luces, de colores y de momentos lindos.
Ella jugaba con sus piernas que colgaban del muelle, cuando de pronto sintió que alguien la abrazaba por atrás, ella sintió mucha calma se dio vuelta y se dio cuenta que era ella misma pero mucho mas grande, mas mujer, mas linda. Se quedaron mirando frente a frente…la pequeña niña con sus manitos embarradas la tocaba como si fuera una especie de escultura, tocaba su pelo, sus mejillas…juntaron sus manos y sus narices y simplemente pidieron al sol que las llevara de ese mal momento.
La mujer le mostró lo que sería su vida, le mostró al par de niñas que la acompañarían desde los 22 años y que la harían imposible su vida. La niña la miró y le dijo que ella siempre quiso tener amigas, que porque eso sería un problema…la mujer le dijo que Ana y Mia no eran buenas, que oscurecerían sus días…que muchas veces costaría salir y vivir la vida con ellas allí…pero que ella era fuerte y que había mucha gente que le ayudaría. Habría desamores, penas y muchas alegrías. Lo mas importante le dijo la mujer, es que vas a ser una tremenda mujer porque estas rodeada de gente que te ama.
La niña se recostó en las piernas de la mujer mientras esta le hacía cariño en su pelo despeinado. Eres tan bonita y tan fuerte le dijo la niña…la mujer sonrió y le dijo…
-          Pequeña mía, supieras que mi razón de haber vuelto acá fuiste tu…tu grandeza, y tu fortaleza de ser tan pequeña y haberte enfrentado a una luna que arrojaba hielo, a un gigante que te quitó la inocencia y a la soledad constante de no sentirte amada por lo natural…tu pequeña mía, eres mucho mas grande que yo, y este viaje fue necesario para recordar que si tu pudiste salir adelante…hoy, yo también puedo hacerlo.-
La lluvia seguía y ahí estaban las dos limpiando los golpes, las heridas y las penas que llevaban en sus corazones…para que en este momento especial pudieran enfrentar la vida limpias y llenas de luz.

Comentarios

  1. A veces es importante mirar atrás y ver todo lo que hemos avanzado para entender cómo solucionar las cosas que nos aprobleman.

    Maca te amo mucho y quiero estar ahí siempre para ti, ser tu pilar, tu apoyo. Quiero ser tu hombre protector y no dejar nunca que caigas.

    Eres la mejor y sé que puedes con todo lo que la vida te ponga por delante.
    Has llegado tan lejos que el camino debe hacerse cada vez más fácil de transitar.

    Te Amo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El Inquilino

La batalla

High and Dry