Construyendo
Sin banda sonora, sin himno... Sólo Noelia, él y su gran proyecto.
El viaje de Gonzalo había sido tortuoso para ambos, navegar en el Aukaman negro por el mar soberbio, malvado y turbulento no había sido fácil.
El mar es maravilloso, un bals sublime cuando el cuerpo y el alma están en armonía, pero cuando estos están en desequilibrio puede transformarse en tu peor pesadilla. El viaje era necesario, casi una obligación, estaba escrito en la mano de ambos que esto sucediera así. Noelia debía demostrar su fortaleza, debía demostrar que había vencido al miedo más grande en su vida EL ABANDONO. Noelia, debía madurar su corazón, ser fuerte por ambos y todos los días debía caminar kilómetros interminables, a oscuras enfrentandose a todos sus miedos para llegar al farol que le iluminaría el camino de vuelta a su gran amor.
La vida en ese tiempo fue, para ambos, muy difícil. El tuvo que sortear días llenos de ira, en dónde el mar simplemente lo quería consigo, días en dónde no había luz ni esperanza, días en dónde la isla de los recuerdos lo quería de vuelta, atrapándolo así para siempre. Cada día para el fue un infierno, debía matar a ese gran monstruo que le atormentaba el alma, muchas veces lo intentó sin éxito alguno, esas veces fueron las peores en su viaje, la desesperanza nublaba su vista, lo mareaba, y lo alejaba cada vez más de su querida Noe.
Ella por otro lado, quedo con la imagen de su amado tan pegada en su retina que no pudo ver nunca más a otro hombre con los mismos ojos que alguna vez miraron a su amado. Años pasaron... Se fue un verano y no fue si no hasta 7 veranos después que Noelia un día al despertar descubrió lo que debía hacer.
Corrió hasta el faro, de arranco el corazón, lo metió dentro de una botella y lo lanzo al mar. Estaba segura que Gonzalo lo encontraría, y volvería a casa, y de no ser así, con eso aseguraba nunca más volver a amar a alguien.
Pasaron las horas hasta que de a poco el cielo comenzó a abrirse, las nubes ya no eran grises, había más luz y un pequeño rayo de sol iluminaba el faro. Noelia se levantó, miro al horizonte y sus ojitos se llenaron de lágrimas. Eran las velas negras del Aukaman, su amado había vuelto.
Corrió a la orilla de la playa con su mejor vestido, adorno su pelo con unas caracolas, y pintó sus labios como el atardecer.
Casi moribundo venía a paso lento su querido Gonzalo. Ella corrió a socorrerlo, el simplemente se desplomó en sus brazos. Su reencuentro no fue romántico, él estuvo durante horas y días callado, sin decir una palabra. Ella, estaba confundida, no sabía quien era este hombre que había llegado, su cara era diferente, sus ojitos no la miraban igual, a veces simplemente sentía que no estaba presente, su alma parecía estar en otro lado.
Pasaron meses, Noelia comenzó a construir el nuevo castillo. Cada día se levantaba antes que el sol, llenaba su carretilla de ladrillos y los pegaba uno por uno con tanta dedicación. Ella quería que la base fuera sólida, que no se cayera con nada. Gonzalo la miraba de lejos y de vez en cuando la acompañaba,mientras ella hacia su trabajo.
El la miraba con admiración, habían días en que hablaban, había otros en que simplemente se acompañaban y abrazaban. Pero jamás volvieron a estar separados.
Un día, Noelia salió antes que el sol despertara, como era costumbre. Ese día todo cambio...
Ella se acercó a el, lo miro y beso su frente, debía ir a trabajar, a poner sus ladrillos en la base de lo que sería el castillo de ambos, su proyecto más ambicioso.
Se dio la vuelta y fue ahí cuando el tomo su mano y le dijo dulcemente VEN. Ella impresionada y con los ojos llenos de lágrimas, porque hacia muchos años que no veía esa mirada en quién le había robado el corazón. Ella lentamente volvió hacia dónde el estaba, el la sentó en sus piernas, le tomó su carita y la besó.
Su amor estaba de regreso, se quedaron juntos por un largo tiempo, siendo sólo ellos dos, unidos por un amor infinito, nada más importaba.
Ella se llenó de esperanzas, y trabajo aún con más ganas.
Así pasan los días para ambos. El, recuperando poco a poco su alma y su memoria, ella amándolo y Armando este castillo de forma muy lenta y segura, para que nada ni nadie lo pueda destruir.
A ratos se encuentran, se aman, acompañan y revive esa magia hermosa que un día los unió. Hay otros días en que el se vuelve a retraer y ella vuelve a trabajar sola.
Lo importante es que esos días están, que el volvió de su aventura en alta mar, que aunque el no lo diga, el también ayuda en la construcción de este castillo.
Noelia sólo espera con ansias que su amado vuelva en cuerpo y alma, que vuelvan a ser uno.
Noelia sólo espera que algún día, al llegar a su construcción esté ese hombre de mirada esquiva y gran corazón esperándola y poniendo los ladrillos en su castillo.
Noelia sabe que el amor de su vida es el , ella sabe que más temprano que tarde el regresará completamente y será uno sólo... Para siempre.
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