El otro camino.
http://www.youtube.com/watch?v=qNiQpC0_EBs (Soundtrack).
Llegué cómo
todos los inviernos a mi casa en frutillar, era tarde y los niños venían
durmiendo. Me bajé mientras Vicente bajaba sin ni un esfuerzo a los mellizos
del auto, yo me encargué de bajar los bolsos, juguetes y maletas.
Entramos y
la casa tenía el mismo olor rico de siempre, corrí las cortinas y comencé a ordenar las cosas,
sentí un beso en mi mejilla y me di vuelta para abrazar a Vicente quien me
decía en un tono bajito: “Los niños están ok”.
Yo seguía
ordenando mientras Vicente prendía la chimenea, me senté en el futón que estaba
cerca del ventanal para ver el lago y nos quedamos acurrucados viendo todo el
paisaje y escuchando música, sonaba “asignatura pendiente” y nosotros solo estábamos
abrazados ahí disfrutando del momento junto a nuestra familia. El me hacía
sentir muy protegida, Vicente era de esos hombres que llevan en la frente un
cartel que dice “te amo”. Yo era su princesita, el amor de su vida y se encargaba
todos los días de demostrármelo, amaba a los niños, era un papá excepcional y
un muy buen hombre.
-Voy a
buscar algo rico para comer te parece?-
-Sí, que
rico!-
Me paré
junto con el a revisar si habían llegado cartas, cuentas o alguna cosa a pesar
de que vivíamos en Osorno a nuestra casita de frutillar siempre llegaban cartas
y cuentas. Cuentas de luz, agua, gas… pero hubo una que me llamó la atención
particularmente por su letra desordenada y poco armónica, cuando vi el
remitente casi me desmayo.
-Amor, voy
a salir un rato a tomar aire-
Vicente salió
de la cocina rápidamente para preguntarme si estaba bien, yo le cerré un ojo y
todo volvió a la normalidad, me abrigué mientras mi corazón estaba tan
acelerado que apenas podía respirar. No podía creer que me había escrito una
carta, no lo veía hace 7 años y la última vez que lo vi fue a orillas de la
playa en Viña del Mar.
“Sé que
hace mucho que no hablamos, tengo muchas razones para escribirte y por estos
días he andado nostálgico y me he acordado muchísimo de ti.
Ayer por la
tarde fui a dar un paseo en el jeep a
las dunas y recordé todas las veces que fuimos a comer sushi y a disfrutar del
paisaje…
-Por qué me
haces esto ahora, que pretendes?!- dije molesta tratando de contenerme y de no
gritar, tenía tanta rabia…pero, debía seguir leyendo.
De todas
las veces que íbamos y nos perdíamos en cualquier lugar, incluso esa vez que
planee un paseo romántico a Concón y te enojaste tanto conmigo porque había
mirado a otra mujer que estuviste taimada toda la tarde sin siquiera bajarnos
del auto (lo recuerdo y me rio muchísimo).
Lo cierto
es que hoy en día vivo la vida que siempre soñé, tengo una linda casa en Valparaíso
con vista al mar, una casa en el campo, el trabajo que quiero…no te he contado
pero este año fui a recorrer Europa mochileando y fue genial. Pero recordé a
cada momento en todos estos años que todas las cosas que he logrado son cosas
que planeamos juntos, todos mis logros fueron de tu mano y hoy los disfruto
solo.
Una vez me
dijiste “solo necesito amor” hoy en día recuerdo esas palabras y siento rabia
conmigo mismo por no haberme detenido 5 minutos, por no haberte abrazado un
poco mas o quizás haberte regalado una flor todas las veces que me esperaste pacientemente.
Tu y yo éramos
invencibles eso lo recuerdo bien, la verdad es que estaba tan ocupado y
sumergido en un mundo material que te fui alejando hasta el punto en que no te
encontré nunca mas. Aun recuerdo “aquel día” ese día en que te quise sorprender
y recuerdo que habías estado trabajando toda la semana en un caso y yo prácticamente
no te veía porque no te esperaba y simplemente me dormía. Recuerdo que te dije
mientras leía el diario que quería ir contigo el viernes a un restorán en el
muelle Vergara , recuerdo que llegamos y te dije : no crees que ya es hora de que entres vestida
de novia a alguna iglesia?, tu te pusiste a llorar y comenzaste a decirme que
como pretendía casarme contigo si ni siquiera te abrazaba, que ya no te amaba
como antes y que era un hombre totalmente diferente.
Lo demás es
historia tu yéndote de mi casa, cargando el auto y creo que esa fue la ultima
vez que te vi, no fui capaz de ir atrás tuyo, no fui capaz de jugármela y
vencer mi orgullo y mi absurda forma de ser y te dejé ir, dejé ir a mi Noe.
He sabido
que estas muy bien, que tienes dos hijos y que eres muy feliz, sin querer hace
unos días te vi en Santiago y estabas tan linda como siempre, me quedé parado mirándote
y quise ir corriendo a abrazarte pero me quedé paralizado y una vez mas me
enojé, si eso no lo he podido aprender a controlar, me enojé conmigo y me enoje
contigo , por qué no fuiste capaz de volver y decirme Leo estás equivocado arreglémoslo
todo?, por qué no luchaste por nosotros como tantas veces?.
Perdóname ,
no quería hacerte llorar y mucho menos incomodarte me imagino que estas con tu
familia y lo que menos quiero es provocar una situación que pueda perjudicarte
pero, estoy desesperado vuelve conmigo tu sabes que Vicente no es el amor de tu
vida, nosotros estábamos destinados desde mucho antes, sabes que estas viviendo
una historia que no te corresponde…"
-te odio,
te odio tanto- grité mientras lloraba y rompía la carta que me había mandado Leonardo,
me fui a pasear cerca del lago y trate de aclarar mi garganta y limpiarme la
cara para que Vicente no supiera lo que había pasado, pero mis lagrimas se
hacían mas fuerte y mi dolor era tan grande que simplemente caí al pasto y no
pude levantarme.
Desperté y
aun veía todo borroso, veía un techo así que pensé que estaba adentro de la
casa, miré mis manos y la cama, mire hacia la ventana y era de noche mi
sorpresa fue aun mas grande cuando en vez de un lago vi el mar. Me senté en la
cama asustada y miro hacia al lado y estaba Leonardo medio dormido preguntándome
que me pasaba, me recostó cerca de su nariz y comenzó a hacerme cariño en el pelo.
-tranquila
amor, seguramente tuviste una pesadilla- me dijo .
-Dónde
estamos?-
-amor, tan dormida
estas? Estamos en nuestra casa en Concón, y los niños están durmiendo- me dijo riéndose.
Entendí que
todo había sido un sueño al ver las fotos en nuestra pared de nuestro
matrimonio, de los niños y de algunos viajes. Me acurruqué como siempre lo
hacia y puse sus brazos grande alrededor mio, esa sensación era única , me
sentía totalmente protegida y amada.
En la casa
solo se escuchaba el ruido del mar, en el aire había un rico olor a canela y yo
me dormí con la voz de Leonardo diciéndome:
- - Buenas
noches linda, te amo-
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