Run baby, run!



Tomó su pelo y se hizo una cola de caballo, movió su cuello de lado a lado. En su reproductor de música sonaba “dog days are over”, la noche estaba cálida, eran solo ella, la calle y las estrellas.
Comenzó a correr como era habitual, mientras corría sentía como todo su cuerpo se movía, la brisa en la cara, su respiración agitada y sus ojos fijos en un solo objetivo, la meta. En su reproductor sonaba  “run fast for your mother, run fast for your father…” y la hacía correr aun mas rápido, ya no notaba las luces de la gran ciudad, ni los autos, ni la gente o los edificios… ya simplemente todo se veía como rayos de luz, mientras su mente pesaba en slow motion.
El corazón muy agitado su respiración entrecortada, dolían las piernas, el pecho…dolía todo y ella seguía corriendo como si al final de ese camino estuviera la felicidad disfrazada de un gran arcoíris. En su mente veía en cámara lenta como sus pensamientos se caían tal como lo hacen los castillos de naipes al desmoronarse… “no puedes”, “no sabes amar”, “tonta”,”nadie te amara nunca”.
Todos esos pensamientos se caían lentamente como pedazos de papel y se los llevaba el viento en forma de mariposas de papel, de a poco de sus hombros caían pedazos de ladrillos que decían: “pena”, “heridas”, “miedos”. Ella sentía como caían y sonaban en el pavimento y de a poco se sentía mucho más liviana y pudo al fin después de años mirar al frente y no al suelo. Corría, corría mas fuerte que nunca el peso se había ido y la mente estaba libre. Sus piernas dolían y de a poco las cadenas que tantas heridas le hicieron comenzaron a ceder y a caerse…en sus piernas un mensaje que decía “run free”. Lloraba por el dolor, por el alivio, por la felicidad de ser libre.
Sus piernas corrían como el viento y ella sentía que su alma la llevaba a una velocidad tan grande que apenas sentía su cuerpo. La mente, el peso, sus piernas todos eran uno solo trabajando por ella, se sentía tan bien correr de esa forma y de pronto todo tomó forma, los arboles, las luces y edificios ya no eran rayos de luz, eran figuras gigantes que acompañaban su travesía.
Quedaba el ultimo tramo cuesta arriba, ella miró el final del camino y vio como al camino salían personas con ladrillos, papeles y carteles que decían “no puedes” y como todo se tornó oscuro. Sintió miedo, mucho miedo cerró sus ojos gritó y corrió mas fuerte que nunca.

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